Max escribió:
excepto de la independencia de Catalunya.
Si te refieres a no provocar y tocar la fibra (salvo lecturas en ocasiones duras, más en la novela que en la historia y, desde luego, que el periodismo), sí, no he participado así.
Tampoco he participado abusando de trompetitas y onomatopeyas chelis, no.
Ni he revelado un perfil claramente autoritario, subiéndome paulatinamente y con recochioneo al carro de los vencedores; no, tampoco lo he hecho.
Alguna vez he repetido argumentos, no lo niego; pero no me he repetido catorce veces dentro de un mismo comentario, esto tampoco lo he hecho, y menos con argumentos y estilo entre patibulario e infantil, esto no me sale.
Además incluso he defendido a más de uno (de ambas posturas) de señalamientos, de atribuciones personales, de ciertos intentos de descalificación (no tanto de linchamiento); pero sí colectivos, de alguno me arrepiento, sólo que no transijo con las calificaciones de la
netiqueta, garantía para tontos y malos estudiantes en cuyo paraguas baboso cabe cualquier cosa que moleste como
troll, y, claro, los simples pueden considerar
troll a cualquiera o cualquier razonamiento que les exceda, o incluso no alcancen a comprender, como los que se consideraban brujos entre campesinos en épocas oscuras (y no euclidianas...).
Y es que, por mucho que el hilo ese de Cataluña haya marcado un hito en la historia de Hispa en cuanto a consecución de un diálogo razonable y no de algarada (esto hace ocho o diez años hubiera durado semanas), ya se han encargado algunos, hacia la etapa final, de engorrinarlo. Y es que aun distamos de corroborar el progreso, distamos el género humano.
Porque por mucho que yo haya intentado mediar y suavizar, al final, el sábado creo que fue, la cosa estaba muy tensa, había peligro de rebeliones, de idas de olla, en Barcelona, eso no hubiera resultado muy productivo de cara al hilo, así que quienes tomaron la decisión, hicieron lo aconsejable y lo sensato, si la cosa va a mayores, podía haber habido un zipi-zape serio en la propia Hispa, entre los que en vez de añadir un
lo siento, añadíais un
al trullo, que además ente los desencantados hubo más de dos y tres idas de olla, podía haber habido palabras feas y desencuentros.
Es sabido que, entre los artistas, Max, hay una tendencia a lo saturniano (claro, esto te parecerá remilgado) hay mucha tendencia al abatimiento, y lo ha habido y se han manifestado majaderías, de los que arrastramos nuestros quebrantos psicológicos, que es algo ya pandémico, por más que algunos (que no lo reprocho; pero lo traigo a este recuerdo) hayan querido postularse al primer premio de redacciones colegiales de constitucionalistas hsipasónicsos, aburriendo casi siempre; pero, al meno,s perseguían lo sensato, lo cabal.
Si he hecho chistes y he procurado el humor, eran
porquerías
Así que las veces que me he referido al independentismo, no si tan pocas, he huido del monolitismo, del juramento, de ser fiel a nada, incluso he ido últimamente simpatizando bastante más con algunas cosas de los sediciosos, quizás porque anide todavía en mí cierto rescoldo justicialista de defensa al débil (por desleal que quiera verse), cierto
luiscandelismo, o por capacidad de afecto real con algunos, mala mente se puede querer una tierra que se pretende conservar si se somete, se sojuzga y no se hace el mínimo esfuerzo por comprenderla, ya que tienes familia..., ya. Yo a mi hija, a muchos amigos y varios familiares directos, puede que algún hijo independentista, es que hubo un tiempo que era llegar a Barcelona, zas...
Y es que los constitucionalistas de nuevo cuño y los abanderados me han producido tanta cagueta como una reunión de chocho-bombacheras de pelo violeta en alguna plaza de Gracia.
Y es que además, auqnue he defendido más de una vez a Madrid, ha pesado al final el encomendista follón y el llegado en el año cuarenta desde la España zoqueta a una plaza de parteo por las tardes y un puesto de ordenanza en el
Ministerio de contención de felicidad (nuevos ministerios), esos que ahora tienen cinco o seis pisos y que ya sabemos cuál es su paradigma.
Así que no he mantenido siempre la misma postura; auqnue no he cambiado de opinión como he vsito a más de uno cinco veces en un día.
Me interesaba, como siempre, el relato y los personajes, las lecciones ya las tengo y cum laude , demostradas y validadas hace años.