#165 Calidad hay desde el momento en que una discográfica invierte en producción, estudios, edición, etc. Ya no pasa como en los 70/80 cuando los estudios le entregaban el dinero del disco a la banda y éstos se lo gastaban en lo que mejor les parecía (drogues y putes) y hacían el disco con lo que mejor les parecía.
[Este vídeo ya no está disponible en Youtube]
El problema es que esto estilo hay a quien le gusta y a quién no. Yo no voy a dar por escuchable discos de iconos pop, pero he comprado discos de Cristina Aguilera, Britney Spears, Madonna y Michael Jackson sólo por escuchar y analizar el trabajo de producción tras ellos: arreglos, músicos, estudios y técnicos implicados... Y una vez escuchados tengo que admitir que son obras de arte, me gusten o no.
También hay trabajos como el primer disco de Manolo Kabezabolo que aunque estuve escuchando durante meses, son una absoluta bazofia con encanto. O el primer disco de Misfits, otros iconos del rock gótico/metal que grabaron sus primeros discos con una calidad pésima.
Así que hilando, hilando, se puede ver qué si hay calidad, talento y no nos gusta el estilo es un truño.
Y al revés, puede no haber calidad pero sí talento y nos gusta el estilo y se gratificante.
La ecuación es fácil: el estilo prevalece sobre la calidad y el talento.
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El problema es que esto estilo hay a quien le gusta y a quién no. Yo no voy a dar por escuchable discos de iconos pop, pero he comprado discos de Cristina Aguilera, Britney Spears, Madonna y Michael Jackson sólo por escuchar y analizar el trabajo de producción tras ellos: arreglos, músicos, estudios y técnicos implicados... Y una vez escuchados tengo que admitir que son obras de arte, me gusten o no.
También hay trabajos como el primer disco de Manolo Kabezabolo que aunque estuve escuchando durante meses, son una absoluta bazofia con encanto. O el primer disco de Misfits, otros iconos del rock gótico/metal que grabaron sus primeros discos con una calidad pésima.
Así que hilando, hilando, se puede ver qué si hay calidad, talento y no nos gusta el estilo es un truño.
Y al revés, puede no haber calidad pero sí talento y nos gusta el estilo y se gratificante.
La ecuación es fácil: el estilo prevalece sobre la calidad y el talento.
