Pienso que la primera regla para lograr el éxito es proponérselo. Sin esa premisa es imposible.
Respecto al hilo, 10.000 horas son unos cuantos años practicando 2 o 3 horas diarias. Yo diría que se pueden hacer muchas cosas con muchas menos horas, pero habría que matizar esto. Cuando uno estudia música, normalmente también busca divertirse, así que no sólo dedicará tiempo a tocar escalas, arpegios, acordes y a aprender armonía y solfeo, también dedicará tiempo a escuchar música (lo más importante), investigar, charlar, aceptar recomendaciones, etc...y ahí si que parece que las 10.000 h. pueden ser hasta pocas. Hoy en día añadimos, además, la cantidad de tareas adicionales que realiza cualquier músico: grabar, mezclar, producir, saber que instrumentos utilizar (micros, teclados, guitarras, midi, susmuelas…), buscar dónde tocar, redes sociales, diseño imagen, portadas discos, etc.
Si tenemos en cuenta que la mayoría de genios empezaron a triunfar siendo jovencitos no es difícil presuponer que (en la mayoría de los casos) su dedicación es casi exclusiva.
Pero hay más condicionantes:
- Por ejemplo, tocar siendo joven con una estrella consagrada (o entrar en un buen despacho, empresa, tener un buen mentor) garantiza un buen futuro profesional
- Lugares de encuentro: París comienzos SXX, Renacimiento, Siglo de Oro, Berkley...cuando te rodeas de gente con intereses e inquietudes similares no haces sino mejorar
- Ubicación temporal: acertar con el estilo, estar de moda, innovar…ya hemos visto que unos se adelantan y otros llegan tarde…
- Inteligencia: me consta que algunos de los mejores son los más inteligentes, como nosotros aquí en Hispa
- Esfuerzo/constancia: este mundo es de los que se lo curran, no de los talentosos…
- Azar/suerte: una sustitución, un encuentro casual, un enchufe, te pueden colocar en una situación privilegiada
Y más cosas pero ya me he cansado...
#12
Evidentemente a un nivel profesional la diferencia no la marca el trabajo, pero sin duda más que el talento innato me inclino más por la diferente personalidad y el aprendizaje que hayan tenido cada uno, la forma de evolucionar en su juego y la inteligencia que han desarrollado. (Y sí las diferencias entre las personalidades de cada uno tienen una gran parte de genética/nacimiento ante la que nada podemos hacer).
Me oriento más a pensar que para poder considerarte profesional dependiendo qué disciplinas no tienen que ver tanto con el talento si no con otros factores e indudablemente las circunstancias y la suerte.
Y respecto al experimento, sin duda un maestro sobresaliente como este caso o el de Mozart el cual se expone también en el libro creo que tiene también mucha culpa de que lleguemos a ser lo que somos.
#19
Llámalo talento, llámalo X, que es en realidad lo que viene a ser. Como bien dices, y ésa es la clave que lo define, algo que no podemos controlar.
Con lo de la formación o los grandes maestros, es lo mismo, creo yo. Un maestro competente, inspirador y motivador te dará más opciones para desarrollarte que un maestro simplemente competente. Siempre es una ayuda para llegar un paso más allá, pero no garantiza nada sobre si vas a llegar a dar 1.001 pasos o 10.001.
El principal entrenador de Federer durante sus años de formación fue Peter Carter, al que no se le conocen pupilos de similar carrera, aunque también es cierto que falleció joven. Todos los años salen cientos de tenistas de la academia de Bolletieri, que creo que es la más prestigiosa. De vez en cuando les sale algún Agassi o alguna Sharapova (que tampoco es que salgan de allí de origen, ya entran habiendo despuntado arrolladoramente en alevines, y en esos dos casos concretos, creo que teniendo padres obsesivos). Pero el 99,9% sigue siendo del montón, aunque sea de la parte de arriba: gente que con suerte se pagará la universidad con una beca por formar parte de su equipo de tenis, que conocerá algo de mundo jugando torneos regionales y que siempre tendrá la opción de ganarse la vida como instructor en algún club. No es la élite, pero tampoco es mal plan de vida.
Lo mismo con Berklee, Julliard o Nadia Boulanger. Por cada caso de éxito, cientos de fracasos, si uno considera fracaso el no salir en los libros de historia.
#21
Pienso que en la música también existe ese punto de presión, tanto al tocar en público como al entrar a grabar un tema etc.
#20
Habiendo leído bastante literatura respecto a la formación musical sobretodo de una manera psicológica, mis conclusiones puramente subjetivas, es que no creo que a partir de un determinado nivel en algo tan subjetivo como es la música, podamos discernir de músicos mejores o peores, habrá unos que gusten más y otros que menos, unos que lleguen a ser parte de la historia y a los que se les achaque un talento natural y otros que por condiciones del entorno o simplemente por suerte no entren a formar parte de ella, pero no creo que la diferencia la marque el tener ese "talento natural"
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#26 Así que cuando llegaron a Hamburgo, partieron de la hora 0 de experiencia ¿es eso? Contrataron en un garito a unos tipos que no sabían ni agarrar el instrumento y allí aprendieron.
Y como tenían un gran talento, esas maratones no influyeron en su creatividad, destreza...
El primer batería, Pete Best, era malísimo tras haber completado la “maratón” de Hamburgo y no participó ni en la primera grabación.
Igual lo de las 10.000 no funciona con todos.
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¿Cómo combatir una teoría absurda de libro de autoayuda con otro libro de autoayuda?
Ese va a ser el título del libro con el que me voy a forrar y podría ser el título del hilo...
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