#213
A ver, ayer, justamente hablaba con mi parienta del tema Mecano, hablamos de la nueva hola, de la movida madrileña y ponía yo un poco de orden (memorístico, que la memoria a los mayores nos falla y a los que no son tan mayores también). las aventuras de Borja Mari y Pocholo, la ópera de clavo que quiso estrenar José María Cano en el Real (un evento irrepetible, que por suerte no se celebró) de cómo aquello fue una reacción definitivamente epicúrea al progresismo talibán y doliente anterior, que fue de derechas (o de social-liberal-pudencia); pero la propició la liberalidad de un socialista, Tierno Galván, que dió carta de naturaleza a lo fácil, a la música ramplona de cuatro niñatos; pero acogió a los pijos, que también existían, todo dentro de una libertad moral que a nadie pareció venirle mal.
Que no vengan ahora los otros talibanes, los de la caverna esta atrincherada a decir que ese fenómeno fue de la derecha, fue de derechistas pecadores y, sobre todo, de progresista, o de ultraliberales a-morales: algo que ya a penas existe (por desgracia) en este desierto de conjurados para la supervivencia y bobos.
Aguirre, vd. estaba en otra galaxia y muchos de sus coreligionarios, pues eso, orando.
A mí me gustó (y mucho), tanto que la hice un himno de acatamiento a ese gsuto y a esa idiotez reinate que me tocó vivir (de golpe...; pasados los viente) la primera canción famosa del trío de alto burgueses-aristócratas bien informados, hoy no me puedo levantar:
Burbujas que vienen y después se van..., no me da la gana...qué pijos por favor.