Creo que es parte del proceso...
Cuando empecé a meterle horas a esto de la composición por ordenador, empecé con temas tirando a clásicos. Que encima eran absolutamente irreales con los medios de aquellas épocas, jeje. Pero necesitaba ese paso para enterarme como funcionaba una orquesta, no tenía casi conocimientos.
Luego pasé la época Williams, Shore, Silvestri; ya sabía lo que era un fagot o unas chimes, pero necesitaba comprender por qué sus composiciones resultaban mucho más modernas y adecuadas para el cine.
Y por último tuve una época Zimmer, en la que quise saber por qué era tan atrayente para el oído, y por qué su música (mil veces más sencilla estructuralmente...) daba tanto valor añadido a la imagen.
Ahora estoy en el proceso de darme cuenta de que ninguno de los anteriores tiene un estilo comparable al que me gustaría tener. Pero para empezar a desarrollar mi propio estilo (si es que existe, jeje), es necesario y casi obligatorio que imite a los grandes e intente descubrir sus secretos.
Quizás el problema de las nuevas hornadas es que con las librerías maravillosas que hay hoy en día, si solo se han fijado en Zimmer se perderán otras muchas posibilidades y terminarán siendo calcos. Y eso evidentemente limita muchísimo.
Aunque quizás sirva para que que el día de mañana llegue otro artista, que tenga formación clásica, que tenga un talento desbordante como el de Williams, y que conozca como Zimmer todos los entresijos de las máquinas y controle la relación emocional entre sonido e imagen (para mi el mayor logro de Zimmer).
Y seguramente, conseguirá llevar a la música para cine a otra dimensión. Que no hubiera sido posible de no estudiar a los maestros