A mí no me parece tan extraño: cuando vas a la tienda, al fin y al cabo, estás haciendo uso de sus instalaciones, tienen a un profesional para atenderte, están pagando un alquiler, luz, gastos de tener, en muchos casos, equipos de demo, están comparándote productos en persona...
Y sin embargo, online, es todo mucho más fácil: tienes tu página web (que sí, que lleva gasto, cómo no), y luego, puedes tener un almacén desde el cual directamente envías a cliente final. CERO VALOR AÑADIDO.
De hecho, si eres mayorista, posiblemente hayas accedido a mucha cantidad de material a un mejor precio que otros establecimientos a los que incluso tú mismo vendes. Te puedes permitir, por ejemplo, vender con tan solo un 1% de margen. Con amortizar gastos y sacar "un poco", te vale, porque no estás ofreciendo valor añadido. Ni compra de productos de demo, ni mostrador, ni luz a pagar, ni empleados más o menos cualificados... nada. De hecho, daría lo mismo vender platos, CDJs, mesas y controladoras, que llantas, mantecados o ropa de deporte.
Por eso me sienta tan mal a veces leer comentarios como que "lo pruebo en tal tienda y lo compro a Alemania". Si todos tuviésemos esa actitud, en muy poco tiempo no tendríamos siquiera la probabilidad de probarlo.
Pero vamos, no es un canto a las tiendas físicas, sino una mera reflexión de por qué en algunos casos es más caro en el establecimiento que en la tienda virtual.
Ahí lo dejo.