Cuando comence a ir a los conciertos de la Sociedad Filarmonica tenia dieciseis años y a veces no sabía si lo que había oido estaba bien o mal. Hoy tengo cincuenta. Con el tiempo he ido adquiriendo conocimientos, he escuchado muchas cosas y he hecho otras muchas. Sé enseguida qué cosa es buena o mala música. Pero tambien sé que mi estado de ánimo no siempre esta receptivo a tales o cuales sensaciones. Muchas veces tengo que hacer un esfuerzo para entrar en el mundo de tal interprete o compositor y eso entonces ya iba incluido en el precio del abono. Sinembargo tambien sabía entonces, aunque de una manera más inconsciente, qué cosa estaba bien o mal, porque algunos dias salía del teatro fascinado y otros indiferente.
Hay una gran diferencia de matices entre escuchar p. ej. un concierto para violín interpretado por grandes interpretes un día memorable o por mediocres otro día cualquiera. Sin embargo, no hay que olvidar que la música es en si misma un tratamiento muy elaborado de la física del sonido. Es una perogrullada pero es asi: si te gusta es que está bien. Qué no te coman el coco.
Hay una gran diferencia de matices entre escuchar p. ej. un concierto para violín interpretado por grandes interpretes un día memorable o por mediocres otro día cualquiera. Sin embargo, no hay que olvidar que la música es en si misma un tratamiento muy elaborado de la física del sonido. Es una perogrullada pero es asi: si te gusta es que está bien. Qué no te coman el coco.

, y la verdad, sin yo ser un fan acérrimo de esta variante, reconozco que esta banda cumple dentro del terreno donde se desenvuelve.
