Jacob Collier tiene oído absoluto. Cuenta que su madre, desde pequeño, le instaba a reconocer el tono de cualquier cosa que sonase por la casa, un golpe de sartén, un click con la copa de vino... Y esto, en sí, no es un peculiaridad en esclusiva, la tienen muchos músicos, pero bueno, es un dato a sumar.
Y otra cosa que quiero considerar es su dominio de los microtonos. De hecho, en un vídeo que hay por ahí, en inglés, disecciona una parte de un tema, y muestra cómo los incorpora en sus grabaciones, a veces de forma solapada, pero que afecta a la audición sutilmente.
Sabemos que en otras culturas se usan escalas con algunos microtonos, pero él juega con ellos en todas las escalas. Me parece que puede ser un siguiente, y muy enriquecedor, punto a la hora de dar un salto cualitativo en la creación musical. Sobre todo aquí, en occidente.
Por youtube hay muchos vídeos de gente investigando con microtonos aplicados a nuevos instrumentos, o instrumentos de toda la vida tuneados. No voy a poner enlaces, confío en que ya los habrás visto, o en su defecto, que sabrás buscarlos.
Imagina a niños creciendo con música construida con microtonos...en diez años puede cambiar la música para siempre.
Acabo de recordar que, hace tiempo, leí sobre algunas culturas ancestrales que usan los tonos incorporados al lenguaje, de modo que un misma palabra puede tener hasta cinco significados diferentes dependiendo de si la decimos muy agudita, o la vamos bajando de tono. Imagínate las posibilidades.
Y eso, en música, puede ser una auténtica revolución. Me refiero a su puesta en práctica, claro.
Y por el asunto del oído absoluto, sí voy a dejar este vídeo del hijo de Ricky Beato. A mí, esto me pone a cien... Imagínate si en unos cuantos años empezamos a tener niños así como norma en vez de como excepción...