Todos esos problemas los sufrimos al principio, y mucha gente los ha incorporado a su forma de tocar, de manera que se plantan en grados elevados sin saber tocar relajadamente. Cuanto más te exija el repertorio, más riesgo de lesionarte tendrás.
Así que lo ideal es tener muuuuuuuucha paciencia los primeros meses. Imagina toda la paciencia que puedas tener, y ten aún más.
Mi manera:
Primero y principal: nadie comienza a correr o a levantar pesas a lo bestia. Al menos nadie que sea inteligente. Con el piano es igual. Media hora al día durante semanas, luego poco a poco se va aumentando la exigencia. Por mucho tiempo que estés no aprenderás más deprisa. Esto me lo van a negar, pero lo tengo clarinete.
-Si un acorde o arpegio trabaja tres dedos, comenzar sólo por uno de ellos, tocando esa nota con la máxima relajación que te puedas permitir.
Imagina que haces tai-chi.
-No saques la mano hacia afuera del teclado. Trata de tocar en la zona que está justo bajo las teclas negras y, cuando sea conveniente, entre ellas. Al principio te va a costar más, y es por ello que los novatos tienden a tocar sobre el extremo de las teclas blancas. Esto es un error porque la mano no está adaptada a este uso, hay que crisparla. Si tocas un poco más profundo la mano se vuelve natural.
-Baja la mano, de forma que el peso del codo sea muerto. Mantén presionada una nota usando para ello el peso del brazo. Apoya la mano sobre el mueble bajo las teclas (sin soltar la tecla, con relajación) y comprueba que puedes balancear el codo, haz lo mismo tratando de mover la muñeca (suavemente, se trata de ir enseñando a tu cuerpo qué partes se tensan y cuáles se relajan).
-Trata de tocar las teclas como si tiraras de ellas hacia ti. Esto te obliga a bajar la mano y añadir peso, liberando a otras partes de un trabajo innecesario.
-Haz lo mismo con cada nota del acorde o arpegio, o escala. Con cada dedo. Enlaza los movimientos entre ellos buscando el legato, luego prueba otras articulaciones, con suavidad. Es un juego. No nos va la vida en ello. No somos burros si no sale con facilidad.
-No te olvides de respirar. Parece una chorrada, pero dejamos de hacerlo cuando nos tensamos.
-Repasa todo tu cuerpo mientras tocas. Mandíbula, piernas, cuello, hombros subidos...cualquier cosa que estés tensando...no te lo permitas. Busca desde el comienzo la relajación. Convierte esto en un hábito desde el comienzo, a pesar de que te parece que así vas demasiado despacio. En unas semanas lo habrás aprendido para toda la vida, y ahorrarás correcciones futuras y dolores. Ahorrarás tiempo.
-Trabaja alternando las manos, nunca concentres el trabajo en una de ellas dejando a la otra olvidada. Si notas el más mínimo indicio de fatiga (torpeza, lentitud, hormigueo) para inmediatamente y cambia de mano. La musculatura de brazos y manos se fatiga enseguida, pero también se relaja muy deprisa. A los 30 segundos de haber parado, ya estarás de nuevo en condiciones de tocar. Así se va cambiando de mano y siempre está frescas, y siempre estás trabajando en algo. Esto aumenta mucho el rendimiento.
-Si notas dolor es que hace rato que te has pasado de la raya.
-Trata de hacer una sola cosa perfecta. Cuando lo logres, tócala lentamente varias veces, y luego no la toques más hasta el día siguiente. Deja que el sueño haga su función.
-Piensa. El piano no se toca con los huevos, es decir no es cosa de insistir mil veces y esperar que se obre un milagro. Piensa en tus dedos, hacia dónde van después de tocar una tecla, de dónde vienen. Sabiendo que hay una manera de hacerlo relajadamente, con un movimiento óptimo para tu anatomía (que es solo tuya), busca esa forma, date todo el tiempo del mundo.
El fundamento de este rollazo viene de una reflexión que leí de un profesor. El novato necesita dar dos tipos básicos de órdenes a sus extremidades: acción e inacción. Los miembros de nuestro cuerpo, sin embargo, trabajan de forma conjunta (por simpatía) de forma natural, es decir es muy difícil disociar su comportamiento. Se imitan unos a otros, y cuando queremos tocar una nota con un dedo encontramos que otro dedo se mueve sin que lo deseemos, incluso de la otra mano o hasta del pie. Hay que inhibir esa orden, y en vez de hacerlo desde el cerebro (porque tenemos ansia por avanzar) lo hacemos por la vía del bloqueo muscular. Para ello hemos de bloquear larguísimas cadenas musculares, afectando a todo el cuerpo. Esto es el origen de todas las tensiones. Al principio parece que funciona, luego es un desastre.
El problema es que casi nadie tiene tanta paciencia, todos queremos tocar algo ya.