Dear Carmelo:
Por decir más tacos no resultas más auténtico ni te cargas de razón, pero allá tú si prefieres escribir así. No tengo claro si tu aproximación a la música es a través de la teoría o los cojones.
Respecto a que la música no se siente, y la perorata pseudoculta con que lo acompañas...Todo el mundo sabe que la música despierta sentimientos, principalmente porque es, en sí misma, un algoritmo, un recurso asociativo proveniente de los sentidos que permite conectar una secuencia de sonidos, una armonía, una nota suelta, el timbre de un instrumento...con toda una vida y sus recuerdos.
A mí (¡a todos!) ciertas músicas me hacen bailar, o me ponen de un buen humor instantáneo, a veces una nota o un acorde me hacen llorar, y no necesito conocer la especie del acorde ni sus tensiones para llorar, simplemente sucede, esa música y la tristeza (o la alegría) actúan como la cerradura y la llave. Es más, todos hemos escuchado música que en algún momento nos gustaba y ahora, por no revivir los recuerdos que evoca, ya no escuchamos. O música que, a fuerza de escucharla, hemos quemado y ya no nos hace sentir. Todos los aficionados a la música, y en general todos los expuestos a la música, experimentan lo mismo: música asociada a recuerdos, que evoca sentimientos. Eso no depende de tu grado de conocimiento teórico y sin embargo es lo que ha alimentado el mundo musical durante milenios. La música no es sólo lo que los músicos dicen que es. El monte no es lo que un ingeniero forestal o un biólogo dicen que es, y así con todo: la experiencia del mundo se da un múltiples planos.
Y por cierto: ¿a cuántos músicos les sucede que echan de menos aquella ignorancia, la ingenuidad que les permitía una escucha no analítica, basada en el puro goce? No me creo que no conozcas a ninguno.
Y países con una formación musical teórica de base mayor no son, necesariamente, más avanzados ni mejores en otras cosas. ¿O acaso no se puede ser músico y mala persona?
Por decir más tacos no resultas más auténtico ni te cargas de razón, pero allá tú si prefieres escribir así. No tengo claro si tu aproximación a la música es a través de la teoría o los cojones.
Respecto a que la música no se siente, y la perorata pseudoculta con que lo acompañas...Todo el mundo sabe que la música despierta sentimientos, principalmente porque es, en sí misma, un algoritmo, un recurso asociativo proveniente de los sentidos que permite conectar una secuencia de sonidos, una armonía, una nota suelta, el timbre de un instrumento...con toda una vida y sus recuerdos.
A mí (¡a todos!) ciertas músicas me hacen bailar, o me ponen de un buen humor instantáneo, a veces una nota o un acorde me hacen llorar, y no necesito conocer la especie del acorde ni sus tensiones para llorar, simplemente sucede, esa música y la tristeza (o la alegría) actúan como la cerradura y la llave. Es más, todos hemos escuchado música que en algún momento nos gustaba y ahora, por no revivir los recuerdos que evoca, ya no escuchamos. O música que, a fuerza de escucharla, hemos quemado y ya no nos hace sentir. Todos los aficionados a la música, y en general todos los expuestos a la música, experimentan lo mismo: música asociada a recuerdos, que evoca sentimientos. Eso no depende de tu grado de conocimiento teórico y sin embargo es lo que ha alimentado el mundo musical durante milenios. La música no es sólo lo que los músicos dicen que es. El monte no es lo que un ingeniero forestal o un biólogo dicen que es, y así con todo: la experiencia del mundo se da un múltiples planos.
Y por cierto: ¿a cuántos músicos les sucede que echan de menos aquella ignorancia, la ingenuidad que les permitía una escucha no analítica, basada en el puro goce? No me creo que no conozcas a ninguno.
Y países con una formación musical teórica de base mayor no son, necesariamente, más avanzados ni mejores en otras cosas. ¿O acaso no se puede ser músico y mala persona?
