Creo que habría que diferenciar, al hablar de música comercial, entre los músicos que han tenido éxito y venden, y el sistema musical tal cual está organizado ahora.
Un músico no es malo por el hecho de vender muchos discos y de forrarse con ello, más bien todo lo contrario. Hans Zimmer o Danny Elfman no tendrían el caché que tienen si no supieran componer. Otra cosa muy diferente es que las prinicipales empresas capaces de publicar música y de darle difusión estén en manos de una pandilla de amiguetes a las que la música les trae al pairo.
A mí, por ejemplo, se me cae el alma a los piés cuando veo las bandas sonoras que se hacen en este país y las comparo con los temas de Ethereus (por porner un ejemplo) que están muriéndose de risa en una página de internet. O que a Rosana le costara dios y ayuda publicar su primer disco (y para mí esta mujer es una de las mejores letristas que hay por aquí) y luego con la moda publicaran por la gorra a más de un cantautor que debería tener una orden de alejamiento de su guitarra.
Uno comprende que en la discográfica habrá mucho currito que lo que quiere, sobretodo, es llegar a fin de mes y pagar la hipoteca. Que si lo que vende ahora es el rollo latino, pues me busco algún pringao en ese estilo, se lo suelto al jefe y me quito problemas. Y si lo que quiere es alguna idea genial pues le meto a un crio de cinco años cantando en plan OT y le digo que esto es la pera en Marketing, oye, que vamos a arrasar entre las madres recientes y las aspirantes a serlo. Que para que me voy a preocupar en explicarle que si tal grupo es bueno de narices y encima jugarme el puesto si no funciona, que los muy jodíos no están a la moda y a ver como explico yo eso del buen gusto musical de acuerdo a los principios del Marketing moderno
Uno lo comprendo, pero jode, que se le va a hacer.
Un músico no es malo por el hecho de vender muchos discos y de forrarse con ello, más bien todo lo contrario. Hans Zimmer o Danny Elfman no tendrían el caché que tienen si no supieran componer. Otra cosa muy diferente es que las prinicipales empresas capaces de publicar música y de darle difusión estén en manos de una pandilla de amiguetes a las que la música les trae al pairo.
A mí, por ejemplo, se me cae el alma a los piés cuando veo las bandas sonoras que se hacen en este país y las comparo con los temas de Ethereus (por porner un ejemplo) que están muriéndose de risa en una página de internet. O que a Rosana le costara dios y ayuda publicar su primer disco (y para mí esta mujer es una de las mejores letristas que hay por aquí) y luego con la moda publicaran por la gorra a más de un cantautor que debería tener una orden de alejamiento de su guitarra.
Uno comprende que en la discográfica habrá mucho currito que lo que quiere, sobretodo, es llegar a fin de mes y pagar la hipoteca. Que si lo que vende ahora es el rollo latino, pues me busco algún pringao en ese estilo, se lo suelto al jefe y me quito problemas. Y si lo que quiere es alguna idea genial pues le meto a un crio de cinco años cantando en plan OT y le digo que esto es la pera en Marketing, oye, que vamos a arrasar entre las madres recientes y las aspirantes a serlo. Que para que me voy a preocupar en explicarle que si tal grupo es bueno de narices y encima jugarme el puesto si no funciona, que los muy jodíos no están a la moda y a ver como explico yo eso del buen gusto musical de acuerdo a los principios del Marketing moderno
Uno lo comprendo, pero jode, que se le va a hacer.
