Endre escribió:
Kawai diversificó bastante su oferta, incluyendo, aditiva, tabla de ondas, PCM e hibrido. Además, comenzó absorviendo a Teisco, con lo que añadió algunos analógicos a su catálogo. Es una marca con cierta nostalgia, sí. Lástima que no encontrase el superventas que la mantuviera a flote.
Kawai tuvo dos superventas: el K1 y el K4. Ambos se vendieron muchísimo y le dieron a Kawai un gran impulso para lanzarse a construir el K5000... y allí se acabó la historia.
Dejando aparte los SX, que fueron desarrollados por Teisco, el primer sinte creado por Kawai fue el K3 y tuvo cierto éxito. No fue un superventas, pero en la época en que los analógicos estaban de salida, un sinte analógico con osciladores digitales creados a partir de "sonidos reales" resintetizados, resultó bastante innovador (de hecho, el K3 permitía crear y guardar una forma de onda de usuario con síntesis aditiva). Luego llegó el K5 que era 100% digital y que se presentaba como el primer sinte aditivo de su época, y uno de los primeros son filtros digitales. Viendo los inicios de Kawai, creo que su objetivo fue tratar de innovar y, aunque el K5 tampoco fue un superventas, sí que sirvió para plantar la semilla para el desarrollo del K1 a partir de ondas DC creadas con síntesis aditiva y, para abaratar, sin filtros.
El K1 sí que se lanzó al mercado como sinte de entrada y tratando de dar más que la competencia por menos precio. Y con él acertaron porque se vendió muchísimo. Sus sonidos eran mucho mejores que los de los sintes de su mismo rango de precio y, cosa importante para la época, mucho más realistas gracias a sus (pocas) ondas PCM de 8 bits.
Siguiendo la estela del K1 llegó el K4, también para competir con los pocos sintes de precio medio-bajo y que, además de ondas DC, llevaba ondas PCM de 16bits, lo cual era una novedad para la época (la realidad es que las muestras de 16 bits eran sólo unas pocas, pero para el marketing sirvieron), a lo que se sumaban filtros digitales y efectos. El K4 también se vendió mucho.
Con la llegada del GM (todo tenía que ser GM por entonces), Kawai sacó el K11, que en la práctica era poco más que un SoundCanvas y que, como sintetizador, se quedaba en nada. No funcionó, pero tampoco se debieron dejar demasiado en su desarrollo.
Y como colofón, llegó el K5000, en el que está claro que debieron invertir mucho y que era una maravilla de sinte... pero con un precio acorde a lo que pretendía ser y que se vendió bastante poco porque era una máquina para crear sonidos en una época en la que lo que demandaba el mercado eran presets a cascoporro y sonidos realistas. Mientras Roland ofrecía sus JVs y XPs y Korg tenía el Trinity, Kawai se lanzó con un sinte difícil de programar y con unos presets que, en lo que se refiere a sonidos sintéticos, eran una pasada, pero que, o carecía de sonidos realistas (K5000S y K5000R) o no estaban a la altura (K5000W, en el que para poder ofrecer sonidos convencionales, habían metido las formas de onda del K11 y poco más). Y todo ello a precio "premium"... porque eran sintes premium. Luego, para rematar, llegó la fiebre de los analógicos virtuales (JP-8000, AN1x y Z1) y el "odio" a los limpios sonidos digitales. El caso es que el K5000 no funcionó y Kawai decidió pasar de sintes y centrarse en sus pianos. Sic transit gloria mundi.
En definitiva, que superventas sí que tuvo. Lo que no tuvo fue acierto en un momento muy complicado en el que cambió el mercado y en el que muchos fabricantes terminaron cerrando.