Hola,
ivalladt escribió:
La tradición liberal española comienza en el diecinueve, y pretende centralizar el control del estado contra los poderes forales periféricos y despojar a la iglesia de cualquier control sobre el mismo, algo bastante "progresista" para la época. Recuerda que esto incluso provocó conflictos civiles (las Guerras Carlistas) por cuyas consecuencias aún hoy algunos partidos nacionalistas piden cuentas.
Los que tú llamas liberales sólo se distinguían de los (que supongo llamas) conservadores en que abogaban por el constitucionalismo y la monarquía parlamentaria. Las tendencias centralistas que nombras no las traen los liberales en el S. XIX, sino Felipe V a principios del S. XVIII y ya había sido propuesta por Olivares en el XVII.
Las luchas entre carlistas y liberales no tenían su base en la dicotomía centralismo-poderes forales, sino en la lucha entre los partidarios de Espartero (léase Reina María Cristina, Infanta Isabel) frente a los monárquicos recalcitrantes que apoyaban al hermano de Fernando VII, el Infante Don Carlos.
El germen de los actuales partidos nacionalistas nace a raíz del fin de las guerras carlistas. De hecho, los hoy nacionalistas eran entonces monárquicos recalcitrantes. Que pidan cuentas por las consecuencias de las guerras carlistas demuestra que la mayoría de los nacionalistas vascos necesitan estudiar más y leer menos a Sabino Arana.
El anticlericalismo de los liberales sólo se puso de manifiesto en las desamortizaciones de Mendizábal y Madoz que fueron compensadas con el establecimiento de una renta perpetua que el Estado paga desde entonces a la Iglesia española. Los gobiernos liberales privaron a la Iglesia de su poder económico y la marginaron en el terreno político pero todos iban a misa... bueno, a Espartero creo que lo excomulgaron dos años.
Por cierto, el calificativo "progresista" está tan manido que prefiero no aplicarlo a ningún régimen ni ideología. El progresismo en política sólo significa una cosa: apostar por el progreso... personal. Que se lo digan al protagonista de tu avatar o a Luis Roldán que tanto quiso progresar que terminó en la cárcel. O a Tamayo, tan progresista él. O a Simancas. O a Alfonso y su hermano.
Cualquier persona en su sano juicio es progresista, pero eso no sigifica ser ni del PSOE, ni de IU, ni del PP.
ivalladt escribió:
angelsynth escribió:
El liberalismo está en el polo opuesto del socialismo. Son corrientes políticas antagónicas.
Claro que sí, en el sentido de que para la utopía socialista no existe el mercado, y para la utopía liberal sólo existe el mercado. Pero en el mundo real, tanto la socialdemocracia como los partidos liberales "reales" están o deberían estar cerca del "centro político" y entre sus valores prima la libertad individual por encima de cualquier otro. En ese sentido, el "antagonista" de una y otra corriente es el fantasma del fascismo, siempre presente en Europa... y en Arkansas.
Te vuelves a equivocar. El socialismo como ideología está más cerca del fascismo que del liberalismo. Los que hoy en la mayor parte de Europa se llaman socialistas no son socialistas en sentido estricto; son liberales a los que les gusta llamarse socialdemócratas porque sus abuelos eran socialistas. El PSOE renució oficialmente al marxismo hace ya 30 años. Para tu información, el socialismo y el fascismo se encuadran entre las ideologías totalitarias en las que se margina la idea de individuo, de persona, respecto a la del Estado. Tanto el fascismo como el socialismo tienen una carga de ideología social y de igualitarismo muy similar. Sólo tienes que ver las actuaciones económicas que sus partidarios llevaron a cabo en la URSS, Italia, Alemania, España (durante la dictadura de Primo de Rivera y los primeros 20 años del régimen de Franco), Cuba, China, Argentina (de Perón): nacionalización de los medios de producción, establecimiento de sindicatos únicos, partido único, limitación de libertades políticas, etc. La gran diferencia es que los fascistas parten de la idea de nación o patria, mientras que los socialistas propugnan la desaparición de los Estados nacionales y la creación de una dictadura universal del proletariado. El fascismo sustituye el concepto de clase de los socialistas por el de nación, pero ni al socialismo ni al fascismo le importa una mierda el individuo.
El anitifascismo que se atribuye a los socialistas tiene su origen en el enfrentamiento entre Hitler y Stalin o, mejor dicho, entre las políticas expansionistas de uno y de otro. Fíjate si socialismo y fascismo estaban cerca que Mussolini era miembro del Partido Comunista y lideró una corriente nacionalista socialista antes de crear su propio partido.
Salu2